> Letras Itinerantes: 171 RECORDANDO CUENTOS BREVES Y EXTRAORDINARIOS

domingo, 7 de mayo de 2023

171 RECORDANDO CUENTOS BREVES Y EXTRAORDINARIOS

 


EL REDENTOR SECRETO

Es sabido que todos los ogros viven en Ceylán y que todas sus vidas están en un solo limón. Un ciego corta el limón con un cuchillo y mueren todos los ogros.

Del Indian Antiquary, I (1872).

 

TEMOR DE LA COLERA

En una de sus guerras, Alí derribó a un hombre y se arrodilló sobre su pecho para decapitarlo. El hombre le escupió en la cara. Alí se incorporó y lo dejó. Cuando le preguntaron por qué había hecho eso, respondió:

-Me escupió en la cara y temí matarlo estando yo enojado. Sólo quiero matar a mis enemigos estando puro ante Dios.

Ah'med el Qalyubi, Nanadir.

 

NOSCE TE IPSUM

Al Mahdi cercaba con sus hordas a Khartum, defendida por el general Gordon. Hubo enemigos que se pasaron a la ciudad sitiada. Gordon los recibía uno por uno y les indicaba un espejo para que se miraran. Le parecía justo que un hombre conociera su cara antes de morir.

Fergus Nicholson, Antología de espejos, Edimburgo, 1917

 

VIDAS PARALELAS

Cuando nació Confucio, un unicornio recorrió la comarca. Por la forma y el tamaño parecía un buey. La madre del Maestro ató en el cuerno del animal una cinta. Setenta y siete años después el unicornio reapareció y lo mataron; la cinta estaba rota.

Confucio dijo:

-El unicornio ha vuelto; han pasado los años; el día de mi muerte está próximo.

E. R. Huc, L'Empire Chinois (1850)

 

LA EXPLICACION

El implacable escéptico Wang Ch'ung negó la estirpe del fénix. Declaró que, así como la serpiente se convierte en pez y la laucha en tortuga, el ciervo, en épocas de paz y de tranquilidad, se convierte en unicornio y el ganso en fénix. Atribuyó estas mutaciones al "líquido propicio" que, 2356 años antes de la era cristiana, hizo que en el patio del emperador Yao creciera césped de color escarlata.

Enwin Broster, Addenda to a History of Freethinking (Edimburgo, 1887)

 

EL PELlGROSO TAUMATURGO

Un clérigo que descreía del mormonismo fue a visitar a Joseph Smith, el profeta, y le pidió un milagro. Smith le contestó:

-Muy bien, señor. Lo dejo a su elección. ¿Quiere usted quedar ciego o sordo? ¿Elige la parálisis, o prefiere que le seque una mano? Hable, y en el nombre de Jesucristo yo satisfaré su deseo. El clérigo balbuceó que no era esa la clase de milagro que él había solicitado.

-En tal caso, señor -dijo Smith-, usted se va a quedar sin milagro. Para convencerlo a usted no perjudicaré a otras personas.

M. R. Werner, Brigham Young (1925).

 

EL CASTILLO

Así llegó a un inmenso castillo, en cuyo frontispicio estaba grabado: "A nadie pertenezco, y a todos; antes de entrar, ya estabas aquí; quedarás aquí, cuando salgas".

Diderot, Jacques Le Fataliste (1773).

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