Cartografía del caos
I.
Mapa de síntomas
Escritura
Durante varias noches tuvo la misma
premonición. Soñaba que la tierra caía en desgracia, que todo se llenaba de
guerra y sangre. Era tan grande la viveza del sueño que prefirió no dormir en
semanas. —No lo voy a
aburrir con más detalles, la muerte está ahí rodándonos— confesó al doctor. Renato estaba
convencido que ya todos estaban infectados y muertos, así que prefirió escribir
todo lo vivido por la humanidad antes de desvanecerse de la faz de la tierra. Se
levantó con sus manos putrefactas rumbo al estudio y comenzó a teclear en su
vieja máquina de escribir.
Pedazos
Con los fragmentos esparcidos de su corazón, los
recuerdos regados y las ilusiones fracturadas, reunió las suficientes fuerzas
para construir un caleidoscopio. Sopas químicas, fuegos artificiales y sonidos
exuberantes de tambores se desataban en sus neuronas. Sus conexiones sinápticas
fluían como ríos salvajes. Alberto enloqueció de forma lánguida. Cuando le
hicieron la autopsia notaron que construyó, como lo hacen las ostras con sus
perlas durante años, un producto de valor incalculable. Su cerebro color nácar
deslumbró a los doctores que realizaban la autopsia.
II Mapa de filias y paranoias
Melodías
Los registros de su memoria eran fugaces.
Perlas minúsculas de sus recuerdos. Burda reducción de flujo de
acontecimientos. Un hombre sin alma ni espíritu que lo ataran. Era libre, había
desaparecido lo que anteriormente amaba. No había familia, esposa, ni hijos, ni
recuerdo alguno. Todo era temporal y breve. Cuando murió, sólo los sonidos
débiles de las hojas de árboles cercanos lo acompañaban perpetuos como melodías
que nunca se extinguen ni reclaman.
Impulso
Cuando estaba con extraños bien vestidos, pero
con zapatos descuidados le entraba una ansiedad inexplicable. Ante sus ojos una
cortina de recuerdos lo inundaba. Veía a su madre cocinar, a sus hermanos jugar
con el gato amarillo de ojos grandes, mientras sentía de su padre los azotes
por ensuciar su único par de zapatos. Luego venía lo inevitable: se le ponía la
carne de gallina, le subía la temperatura, desfallecía e iniciaba la
convulsión. Cuando despertaba todo se le había esfumado, menos el impulso de
reparar su impecable calzado.
III. Mapa de síndromes
Síndrome Cotard
El corazón, el hígado y todas sus vísceras estaban
maltrechas ¿Acaso no lo olían? Apestaba. El olor a putrefacción se albergaba
todo el día en su nariz, en sus orejas, en su estómago, en cada poro. Estaba
harto de que todos le saludarán y sonrieran ¿acaso no se daban cuenta? ¡Muerto,
estaba muerto como un jilguero encerrado! Aquel domingo de resurrección le
pareció una eternidad apestosa después de la vida.
Síndrome
de Diógenes
Zacarías supo del nombre
de su enfermedad cuando ya su familia y sus amigos habían desaparecido de su existencia.
Aislado y recluido de todos, su piel arrugada le reclama más espacio frente a
los objetos extraños que diario acumulaba en su vano y cansado intento de huir
del mundo. Juró recuperar el recuerdo de cada uno de los familiares que le
reclamaban su existencia. Bajo la pila de periódicos que acumulaba, encontró
primero a su nieta.
Estocolmo
No entendía por qué la pistola puesta en su sien
no le daba miedo, ni por qué disfrutó los días de secuestro y el bondage en la cama. Ya le habían pagado
lo pedido y habían pasado varios meses desde que recibió el rescate, y ella
siempre regresaba. Parecía la secuestrada perfecta. Lo único que le molestó de aquella
mujer fue que insistiera en que era de él aquel recién nacido.
IV.
Mapa
de sueños
Exactitud
Cerró los ojos, cayó al abismo de su mente caótica.
Lo vio en un relampagueo. Aquella fisión numérica espontanea le daba el día y
la hora exacta de la muerte de quien se lo preguntaba. Los médicos nunca
supieron de donde provenía ese algoritmo tan sofisticado. El hombre era incapaz de amarrarse las
agujetas, tomar un autobús, cocinar o lavarse las manos sin embargo poseía una
prodigiosa capacidad numérica, retenía números pasados, presentes y futuros. La
precisión para determinar el día de enfrentarse a la muerte era exacta. Lo comprobó con varios
familiares, amigos y conocidos que se acercaban a aquel manicomio. Los médicos
y enfermeros que dudaban de su cualidad lo verificaron el día que provocó el
incendio.
VI. Terapias
alternativas
Paisaje
Dicen que su rara enfermedad le vino de leer tanto
libro, otros dicen que, de poseerlos, pues desde joven compró muchos hasta
llegar a tener la biblioteca más envidiable del pueblo. Algunos aseguran que
una mancha de tinta le saltó, le mordió la melancolía directo en la yugular y
por más doctores que visitó a lo largo de su vida nunca halló cura. Endorfinas
y serotoninas se apropiaban de su cuerpo y luego lo sumergían en el abismo más
profundo del abandono. Aunque Fabio era feliz acariciando sus libros, después
de leerlos y olerlos los dejaba en los estantes almacenando en su cuerpo tristeza.
Dicen que desapareció en su biblioteca entre los grises paisajes de palabras
acumulados, la familia aún lo sigue leyendo y buscando.
CARTOGRAFÍA DEL CAOS es un intento de explorar la mente humana desde la literatura. Las historias que componen este libro son convulsiones, ataques, cirugías, enfermedades, alucinaciones, sueños, fantasmas y realidades alternas cuyo territorio reinante es el cerebro y su comportamiento. Punta de iceberg de lo que somos como humanos. Aunque en las recientes décadas se han desarrollado herramientas científicas que han permitido a la neurología descubrir un poco más sobre los secretos ocultos del cerebro, muchos enigmas y preguntas permanecen sin respuestas. Cráneo, hemisferios, lóbulos, células, neuronas, neurotransmisores, así como sinopsis son los elementos fisiológicos que se unen con las creencias, memorias e ilusiones. Neurólogos y científicos de las más diversas áreas intentan responder ¿Qué es la mente? ¿Dónde termina el cerebro e inicia la mente humana? No hay respuestas precisas. Y mientras seguimos esperando soluciones al rompecabezas de la psique, la literatura se recrea en esta Cartografía del caos con sus mapas de síntomas, filias, paranoias, síndromes, sueños y terapias a fin esbozar un orden. Lector recibe estos pequeños rastros, endebles estelas de letras expresadas en minificciones sobre la alfombra inmensa de la neurociencia y misterios del cerebro humano.
Cartografía del Caos es
un libro digital publicado por la editorial española BGR en la colección breves
y contundentes. El prólogo es del escritor Homero Carvalho Oliva. ¡Empezamos
está nueva aventura finalmente publicada!
Fabiola
Morales Gasca: Maestra en Literatura Aplicada en la
Universidad Iberoamericana plantel Puebla. Fue alumna de la Casa del Escritor y
la Escuela de Escritores. Diplomada en Creación literaria de SOGEM. Autor de los poemarios Para tardes de Lluvia y de Nostalgia (2014) y Crónicas sobre Mar, Tierra y Aire (2016) BUAP. Libros infantiles Frasquito de cuentos y Confeti,
cuentos para niños traviesos BUAP (2017). Libro de minificción El mar a través del caracol por
Editorial El puente (2017). El niño que
le encantaban los colores y no le gustaban las letras (2018). Luciérnagas (2020) editorial La Tinta
del silencio. Eclipses, Bitácora de
vuelos Ediciones (2022). Ruta de Palimpsestos editorial Kañy (2022) y Cartografía del caos (2023) por
editorial BGR. Participante en antologías de Argentina, Chile, Colombia,
España, México, Paraguay, Perú y Venezuela. Lectora voraz e incansable
escritora.
Redes Sociales: FB: Faby Morales - Autora Twitter: Fabiola Morales @LectorFosforo