> Letras Itinerantes: (143) Luis Ignacio Muñoz

domingo, 17 de julio de 2022

(143) Luis Ignacio Muñoz

 



CASA EN VENTA

   Era nuestra primera noche en la recién comprada casa. Ahora sólo pensábamos descansar un rato después de cenar. Cuando iba a dejar un libro en la biblioteca, escuché los gritos de mi esposa, regresé y corrí hacía ella. Me señaló aquellas manchas de sangre, moviéndose en el suelo en forma de pies humanos, que atravesaban en diagonal la sala. Horas después, cuando quisimos abandonar la casa, ya era muy tarde, nuestros pies dejaban manchas en el suelo.

Publicado en Carrusel del terror, Honduras, 2021


UN VISITANTE INESPERADO

   Estuvo un ángel en el baño, dijo a gritos la aseadora. No pudo ser otro porque dejó el cesto lleno de plumas. Se ve que necesitaba desecharlas, pues parecen muy usadas. No fue un ave cualquiera, las plumas son todas de plata.

 Publicado en Antologia Hispanoamericana de Microficción, Eos Viila, Argentina, 2021.


EL LENGUAJE DE LAS OLAS

   Con el caracol pegado a los oídos, en la mañana fresca de la bahía, sobre la arena húmeda, los aborígenes empezaron a escuchar el lenguaje de las olas. Al principio con estupor, luego con asombro, mientras se miraban con la boca abierta como preguntándose unos a otros, si estaban oyendo lo mismo a través de aquellas conchas blancas. Era verdad, confirmaron sin muchas palabras y sin mayor preámbulo: por el otro extremo de la Isla empezaban a acercarse con toda su voraz peligrosidad, las tres carabelas.

 De Revista Entreparentesis, de Chile, 2021

Antologia Minimundos I festival Internacional de Minificción.

 

AL AZAR DEL CAMINO

   Marché de casa con una guitarra y la mochila repleta de ganas de llegar lejos. No sé cuántos caminos recorrí ni cuantas veces repetí el mismo canto al silencio del campo y al viento que se llevaba las palabras hasta estrellarlas contra las ramas de algún roble lejano. Caminaba con la frescura y la luz del día y dejaba mis pasos cansados al azar de la noche que me sorprendía en lugares inhóspitos. Solo pretendía llevar mi voz a donde encontrara eco en el agua, que hace música al rozarse con las piedras que duermen el eterno sueño de permanecer solas. Me acompañaba esa brisa tibia y por momentos fría de los inviernos que no perdonan la osadía del caminante y quieren devorarlo con dolorosa crueldad.

   Me dejé llevar por ese vaivén de la suerte hacia donde cada llamado acercara mis pasos en su azarosa ruta. Hasta que viví el cansancio de las largas distancias y las pisadas que borran las huellas de animal, que a veces se resisten a desaparecer arrastradas por la brisa o la lluvia. La mañana seguía trayendo una promesa en los primeros rayos de sol y el horizonte se encorvaba como una rama sobre la piel de los días que se come este afán y esta risa de tantos suspiros.

   El resto era siempre caminar sobre este suelo de estrellas moribundas y pies que se niegan a desparecer devorados por el camino.

 Antología Minimundos 2021


MI HERMANO MENOR

   Todo comenzó cuando conté a los amigos del barrio que mi hermanito menor podía alcanzar las estrellas y a veces estiraba sus manos para atraerlas y comérselas. También les conté que le gustaba pastorear elefantes que caminaban solos por la luna y devorar los duraznos que cultivaba nuestro padre en el paraíso. Esto los hacía reír mientras se reunían a escuchar y se llamaban por señas a que vinieran pronto, antes que terminara de contar lo último que había hecho con los gatos salvajes que eran más grandes que los tigres y se alimentaban de nubes de algodón dulce que venden en el parque.

   Hasta cuando empezaron a decirme que querían conocerlo, que pidiera a mis padres que lo dejaran salir. Insistía que esto no era posible, pues él era una invención mía para tener qué contarles todos los días, y tampoco me creyeron.

 Antología Pequeficciones, México, 2020.


COMO PRUEBA DE GRATITUD

   De común acuerdo decidieron abrirle la jaula a la joven torcaza (Juan la había atrapado muy pequeña en el monte cercano) Y al quedar libre emprendió vuelo hacia las ramas de los eucaliptos y desapareció. Los dos sintieron un extraño y enorme alivio porque algo del dolor del encierro se les contagiaba al mirarla todos los días. Desde entonces venía a visitar la casa y pasaba horas en los eucaliptos y las acacias. Hasta el día que los hombres armados vinieron una mañana a decirles que tenían que irse de aquella tierra que ya no les pertenecería más, no llevaron más que la ropa puesta y el deseo de irse lejos. Cuando la casa quedó sola y poco a poco fue quedando en ruinas, aún venía la vieja torcaza en las horas tranquilas a quedarse largo rato sobre el tejado roto y los adobes descascarados como si albergara un deseo secreto en cada visita.

Antología de minificción colombiana, Revista Plesiosaurio, Perú, 2020.

 

LA LÍNEA DEL FIN


   Como fuera que hubiese ocurrido sentía que despertaba de algo semejante a un letargo pesado y embrutecedor que no le permitía recordar por qué estaba allí. Se hallaba sentado en una playa solitaria acompañado apenas del sonido de las olas que se estrellaba contra las envejecidas rocas y por momentos retornaba a la tranquilidad. Solo un leve dolor de cabeza martillaba por dentro y se agudizaba con el ruido del oleaje y volvía a la perplejidad del momento inicial. Se trataba sin duda del lugar más extraño. Al frente tenía un mar inmenso que no le daba sino una aterradora incertidumbre en sus movimientos. Al volver la espalda, sus ojos se encontraron con otro paisaje de inmensas extensiones de arena con rizos estáticos, parecidos al murmullo del agua en serena quietud a esa hora. Se encontraba pisando el borde de aquella borrosa línea que dividía el desierto del mar. En la inmensidad del horizonte no había ningún vestigio de vida. Era lo único que quedaba del recién aniquilado mundo, pero no sabía cuánto tiempo iba a demorar en saberlo.


Antología de Microficciones Andinas, Ediciones Quarks, Lima, Perú, 2020




LUIS IGNACIO MUÑOZ

Colombia, TEUC, Taller de escritores Universidad Central, Bogotá. Dedicado en la actualidad a dictar Talleres de creación literaria. Ha publicado poemas y cuentos en las revistas Maguaré, Universidad Nacional, Revista Trans-Fugas de Bogotá, Hojas Sueltas de Neiva y 7LUNE de Venecia, Italia, 2015. Es autor de los libros Reloj de aire, 2006; Cuentos para rato, 214; Inocencia de la noche, 2015. Varios de sus cuentos han aparecido en revistas y antologías de autores regionales y algunas publicaciones internacionales como Brevilla, Peuco Dañe, Chile, e-kuoreo, Colombia, Piedra y nido, La batidora literaria, En pequeño formato y Un café y cinco microficciones, Argentina, Letras de Chile, Ikaro, Costa Rica, Alquimia, de España, Delatripa, Nocturnario, Fantastique y Monolito de México y Los Raros de Nicaragua, La Esquina Delirante de El Espectador, Plesiosaurio, de Perú.  También algunos microcuentos en las antologías Hokusai, Bestiarios, Brevirus y Quarks ediciones: 1bit de terror, Microficciones andinas, Campanadas, y Mosaico. Administra el blog Letras Itinerantes.


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