SINTAXIS NÁUTICA
Cansada de bogar sin rumbo por una hoja en blanco,
con la amenaza de zozobrar entre puntos suspensivos, icé los paréntesis, orcé la
coma a sotavento, tensé la botavara y puse rumbo hacia un punto y seguido.
En la travesía me sorprendió una tormenta de
admiraciones, sufrí el ataque de una interrogación y, antes de irme a pique
entre comillas, arribé en un punto y aparte.
ATAQUE ORTOGRÁFICO
Estaba entre paréntesis cuando la coma saltó de la página a la mano y se escondió entre mis dedos. Me clavó su aguijón. Grité. La interrogación se cerró y
los puntos suspensivos huyeron hasta la última línea
para esconderse entre admiraciones.
MALA DIGESTIÓN
Después de una noche de sueños agitados, en la mañana
me sentí mal. Fui hasta el cuarto de baño. En la primera arcada salió el
recuerdo de Tomás abandonando la casa. Con la segunda me vacié de reproches. En
la tercera arrojé los insultos, y antes de la cuarta apreté bien los labios
para retener la esperanza.
NOVIAZGO ADJETIVADO
Tras el desengaño de un trabajo elegido, Laura,
sin un ápice de nostalgia, sucumbe a la ilusión de una alianza sempiterna con
el mismo hombre que le provocó un caos geoestratégico
en la playa familiar en la que pasaba unas vacaciones sosegadas y que selló entre
ellos la armonía de un futuro instigador.
EN SINGULAR
Primero fue un pendiente regalado en nuestro
primer aniversario. Más tarde perdí una de las aletas que utilizamos en las
Bahamas. Después uno de los guantes, regalo de reyes en el tercer año de matrimonio.
Ahora, pasados cinco años no recuerdo dónde le perdí a él.
MALA CONFECCIÓN
Todo comenzó con un hilo en el plato de la ducha.
A la mañana siguiente encontré otro a los pies de
la cama. Hice una bolita y lo dejé sobre la mesilla.
La tarde siguiente hallé otro que iba de la cocina
a la puerta de la calle. Lo seguí y me condujo hasta el garaje. Allí lo enrollé
y lo guardé junto al anterior.
Cada día, tropezaba con pedazos de hebras que junté
en un ovillo.
Habría transcurrido una semana cuando observé que,
de la espalda de mi marido, colgaba una hilacha igual a las anteriores.
Hoy he pensado que, con el material reunido, puedo
tejer otro marido mientras el actual se deshace.
LA AUTORA
Carmen
Dorado Vedia
Madrileña de nacimiento, donde resido, estudié derecho
en la Universidad Autónoma de Madrid, me especialicé en Protocolo y Relaciones
Internacionales. Me apasiona viajar y contar historias. En el Taller de Clara
Obligado encontré el lugar para dar forma a esas historias. “Tras las huellas
de Sherezade” es mi primer libro en solitario, aunque he publicado mis relatos
en diversas antologías. Actualmente edito y dirijo, junto a Alejandro Chanes
Cardiel y Guillermo Dorado la revista www.alquimialiteraria.com.
4 comentarios:
Todos los micros me encantaron!
Pues me los he leido ahora.Me gustan todos, pero más "mala digestión" y "ataque ortográfico".
Me encantan
Excelente textos. Espero no deshilachados mis elogios.
Saludos.
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