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domingo, 27 de diciembre de 2020

(87) AÑO NUEVO DISTOPICO

 


Edición a cargo de la escritora Eliana Sosa Martínez

MIEDO
 María Larralde (España)

El tiempo siempre ha corrido en mi contra. Esta noche será la última del año. Miedo. El año se acaba. ¿Seguiré vivo mañana? Todo apunta a que cuando despierte no veré de nuevo la luz del sol. ¿Podré respirar? Quizás con dificultad podré ver algo, pero borroso, mis ojos mirarán turbios por el miedo a lo desconocido. Y nadie va a ayudarme, todos estarán tan muertos como yo. Lo que viene junto al uno de enero, pegado al primer segundo tras las campanadas, acechando tras la vuelta del primer momento, está tan muerto que hiede. Veo su sombra en cada esquina, escucho sus pasos tras cada puerta cerrada, huelo su aliento intoxicando cada lugar por donde me muevo. Me persigue. Te persigue. Nos persigue. Quiere que muramos de miedo, el miedo. Este Año Nuevo será el principio de lo muerto en vida. Nos quiere a todos aterrorizados. La humanidad entera está muerta de miedo. Se percibe detrás del calendario, en cada hogar, en cada mente, en las frases del cotidiano día, en los adioses definitivos en las calles. Miedo. Vienes saludando con tu negra mano para adentrarnos en el seno profundo y hueco de tu muerte.

El mar está en el cielo
Edgar Núñez Jiménez (México)

Después de la última campanada y la pólvora disuelta en el espacio, el tictac del reloj se vuelca hacia sí mismo. Entonces, como si se tratara de trenes que enloquecen de pronto, los objetos y episodios bucean hacia su propio origen, que podría ser el inicio de otra destrucción.
     Sin embargo, basta con poner un paso hacia atrás para entender el mundo de otra manera: las palabras corren hacia atrás, las velas se encienden apagándose y la galerna provoca, en su retroceso, calor en lugar de frío.
            El niño que despierta bajo el pino, antes de echarse a dormir, sabe que es momento de empezar a nombrar las cosas. Y que el amor se torna distinto, porque los golpes de la hostilidad del mundo regresan a la herida de las manos o la comisura de la boca que de pronto las atrapa. En lugar de estar triste, sonríe, siempre hacia atrás. Piensa que el mundo opera de un modo más secreto. Puede que la tierra no esté abajo, ni la luz atraviese ventanas. A lo mejor mañana, o es decir ayer, el mar esté en el cielo. 


Felicidad obligatoria  
Patricia Dagatti (Argentina)

En el marco de las celebraciones de fin de año, la Autoridad Mundial decidió promover los estándares de «placer constante» entre los habitantes. Para ello, se distribuyeron en forma masiva los nuevos Anteojos de Protección. El diseño de avanzada, provocaba la interrupción inmediata de la percepción, de modo que la consciencia de las personas quedaba a salvo de cualquier atisbo de realidad indeseable. El manual que acompañaba al innovador instrumento, establecía que, luego de las doce campanadas, a la hora del brindis, cada uno debía colocarse el suyo. La felicidad sin precedentes que se experimentó tras los cristales, y sus resabios a lo largo del nuevo año, reportaron beneficios extraordinarios a la Autoridad, quien, por su parte, tras un renovado optimismo, decidió declarar la práctica como obligatoria en las futuras celebraciones.

2020
Jorge Jesús Barriga (Bolivia)

Desperté de repente, miré el reloj, eran las 3:30. Di la vuelta, pero el sueño se había ido ya. Me levanté de la cama y al dar los primeros pasos el silencio que me rodeaba llamó mi atención. No se escuchaba nada, ni un ladrido o una fiesta, ni siquiera un borracho. Esto era aún más extraño tratándose de la noche vieja, donde la gente no duerme festejando.

   Me asomé a la ventana, ni un alma parecía despierta en toda la ciudad. Al interior de mi casa la situación era la misma. Con cierta aprensión, que luego se transformaría en miedo, me acerqué a la cuna de mi bebe. Dormía con tal quietud que lo pensé muerto, lo toqué y estaba tibio. La respiración de mi esposa tampoco se escuchaba.

   Salí a la terraza para tomar un poco de aire. El maldito silencio me enloquecía. Estuve a punto de gritar y romperlo, pero desde el cielo se adelantó un sonido. Era el tono del teléfono con el que las computadoras se conectaban a Internet. Al terminar fue como si la realidad se hubiera reiniciado, pues los sonidos de una noche cualquiera volvieron.

  Regresé a mi habitación. Mi bebé respiraba normalmente. Mi esposa me preguntó a dónde fui —era una pesadilla— contesté, como presagiando el año que venía.

LA CELEBRACION
Oswaldo Castro Alfaro (Perú)


Tal como los anti vacuna anunciaron, el microchip insertado monitorizó nuestras vidas y la ingeniería genética modificó el ADN. Los humanos nos sometimos al manipuleo de grandes corporaciones.

En el implacable ordenamiento social fui autorizado a festejar el año nuevo. No sé si el alcohol me produce el cosquilleo en la zona occipital de mi cráneo. Tampoco preciso si los murmullos que escucho son órdenes. Nunca me embriagué y esta experiencia es nueva.

Lo cierto es que me excedí en las celebraciones y la borrachera me tiene tendido en la cama. Las paredes muestran bailarinas sensuales que son reemplazadas por escopetas. Me disparan y me asusto, pero me divierte. Repentinamente las armas desaparecen y un avión precipitándose me escarapela la piel. Estoy fascinado y me duermo.

En sueños soy perseguido por una aeronave llena de bailarinas que me disparan con escopetas. Corro esquivando los proyectiles y uno impacta en la espalda. Me mata. Despierto con el lado izquierdo del pecho adolorido.  Comprendo que el monitoreo a distancia me infartó.

Las escenas regresan en mi agonía para torturarme. Me confunden la realidad y finalmente me duermen.


CELEBRACIÓN AUSENTE
Chris Morales (México)

“10, 9, 8…”. La experiencia sufrida aquel año los había aleccionado muy bien. Nuevas dinámicas, cambios certeros.

“7, 6, 5, 4…”. Ya nadie acude a las festividades públicas sin sus trajes especiales, repelentes de virus.

“3, 2, 1… ¡Feliz año 2035!”

            No hay necesidad de que alguien salga de su burbuja: los juegos pirotécnicos se miran a través de una pantalla flexible adherida a ésta. Al terminar el espectáculo, se apaga la conciencia y todos vuelven a figurar en sus camas, plácidamente dormidos. Nadie salió de casa. Todos en completa calma, excepto por los jóvenes Adán Génesis 538691 y Eva Génesis 684732, que destruyeron sus dispositivos electrónicos, oponiéndose ─como muchos más─ al ordenamiento mundial establecido y han puesto en marcha los rastreadores de la guardia social.  

UN MALDITO DÍA MÁS
Eliana Sosa Martínez (Bolivia)

Yo pensaba que deberían clonarnos de una vez y quitarnos los recuerdos, sería la mejor forma de sacarnos de este infierno de repetición. Desde el amanecer era igual, comer la porquería que nos suministraban, salir a trabajar cubiertos con barbijos inteligentes que controlaban temperatura, presión arterial, pulso, indicaban nuestra localización y grababan todo lo que hacíamos con nanocámaras.

   Llegábamos a trabajos repetitivos, para salir ocho horas después y volver a casa. Visitar páginas de entretenimiento vacías y superfluas, algo de pornografía que ya ni excitaba y a dormir. Lo único que me consolaba era un libro que heredé de mi abuelo. Cuando lo releía me imaginaba escribiendo historias. Al principio no me animaba, no solo por el miedo de ser descubierto, sino también porque no me creía capaz. Igual las ideas me hostigaban el día entero.

  De pronto, las empecé a garabatear en paredes, sábanas o muebles; luego las borraba o destruía. Ahora, las memorizo y recito en voz baja. Hoy me escuchó un compañero de trabajo, le encantó. El fin de semana nos juntaremos con un grupo que quieren oírlas. Será una reunión clandestina. Ellos dicen celebrando año nuevo, yo sé que esa noche nuestras vidas cambiarán.

 

LOS AUTORES

Maria Larralde Soy escritora desde el año 2014. Comencé a escribir cuentos para niños y jóvenes para pasar a la literatura de terror. Tengo una página web junto con otro escritor, llamada Historias Pulp donde relaizamos publicaciones de autores noveles o poco conocidos, concursos literarios, audiorelatos propios y de otros autores, música y cortos.

He autopublicado en Ediciones Tagus de la Casa del Libro el compendio de relatos, “El purgatorio y otros relatos”, en formato digital ebook en el año 2014 y en Amazon un compendio de Relatos de Terror junto con el autor Elmer Ruddenskjrik, cuyo nombre es “Tomo Oscuro Volumen I”, en el mes de noviembre de 2015.

Edgar Núñez Jiménez. Ha aparecido en los libros En-saya. Antología de ensayos universitarios (Universidad Veracruzana, 2013, México), Brevísimos (Ediciones Equinoxio, 2019, Argentina), Esto solo podía pasar en verano (I Concurso Informal de Microcuentos de Verano, España, 2019), Perros (Ediciones Sherezade. 2019, Chile), Gatos II (Ediciones Sherezade, 2019, Chile), Diversidad(es). Minificciones alternas (El Taller Blanco Ediciones, Colombia, 2020) y en Los excéntricos (Lapicero Rojo Editorial, 2020, México). Textos suyos también aparecen en la Antología Virtual de Minificción Mexicana.

            Recientemente publicó Pasos y silencios. Testimonios orales de migrantes en Chiapas (PACMYC, 2020, México).

Patricia Dagatti. Vive en Villa María, Córdoba, Argentina. Es Contadora Pública, Licenciada en Administración y Magister en Escritura Creativa en Español por la Universidad de Salamanca (España).  Sus cuentos y microficciones han sido publicados en Argentina, Chile, México y España tanto en antologías como en revistas literarias, radios y sitios web especializados en el género. En breve presentará su libro Secuelas de un sutil aleteo, microficciones ilustradas editado por Macedonia Ediciones.

Jorge Jesús Barriga Sapiencia Nació Potosí 19 de enero de 1979. Licenciado en Comunicación Social egresado de la Universidad Mayor Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca con una maestría en Comunicación y Nuevas Tecnologías de la Educación en la Universidad Andina Simón Bolívar.

Interesado en la escritura de guiones cinematográficos tomó varios cursos sobre el tema. Uno de sus guiones forma parte del libro digital “Cómo se escribe un guion: doce guiones de cortometraje” del guionista español Ramón Aguyé.

Forma parte de “Macabro Festín” Antología de cuentos de terror de la Editorial Soy Livre. Así mismo dos de sus cuentos: “Moneda al aire” y “La máquina” se han incluido en las antologías de cuentos de “Paradojas” y “Onomatopeyas” en sus versiones electrónicas y audiorevistas de la Página Web de literatura Historias Pulp de España. El cuento “Las Vacaciones” aparece en la antología “Los Gatos” de la revista de literatura Aeternum de Perú, en el portal de descarga de libros digitales Lektu. Finalmente el cuento “ El cobertizo de las horas” forma parte de la revista latinoamericana de ciencia ficción “Espejo Humente” año 2 número 3 junio del 2019.


Oswaldo Castro Alfaro
Perú, médico. Administrador de Escribideces – Oswaldo Castro (Facebook), colaborador con Fantasmas extemporáneos (relatos cortos), Fantasmas trashumantes (mini relatos) y Fantasmas desubicados (micro relatos). Publicaciones en físico y en más de 40 plataformas digitales. Premios literarios, menciones honrosas.

Chris Morales. Nació un 30 de noviembre en la Ciudad de México. Es actor egresado del Instituto Nacional de Bellas Artes. Ha desempeñado esta profesión desde el 2005 en la Compañía Artística Multidisciplinaria JADEvolucion-arte A.C., que le brindó la oportunidad de llevar a escena varios de sus textos dramáticos. En el año 2007 y 2016 dos de sus obras fueron galardonadas con el premio “Víctor Hugo Rascón Banda” otorgado por la Asociación de Periodistas Teatrales. Como escritor, egresado de la UACM, ha publicado en diversas revistas electrónicas y colaborado en las antologías “Teatro de JADEvolucion-arte” (2016); “Mínimas perdurables” (2019). “Coronavirus. Antología de minificción. Literatura Contemporánea” (2020), “Brevirus” (2020). “DiversidadES. Minificciones alternas” (2020), “MOSAICO. Microficciones sobre discapacidad” (2020) “Escena del crimen. Microrrelatos policiales” (2020). Es coantologador de la antología “PEQUEficciones. Piñata de historias mínimas” (2020). 

Actualmente imparte talleres de teatro, expresión corporal, cartonería, máscaras, títeres y de creación literaria de géneros breves.

Eliana Soza Martínez (Bolivia) Nació en la ciudad que está más cerca del cielo, Potosí – Bolivia. En la universidad conoce a Lidia Valverde, que le abre las puertas hacia el mundo de la literatura. Así conoce a su más grande inspiración, Julio Cortázar. En 2017 participa en la “Antología Iberoamericana de Microcuento” compilada por Homero Carvalho. En 2018 es parte del libro colectivo “Armario de letras” de la Editorial Caza de Versos de México; también del libro “Sombras en la Obscuridad” de la REED Potosí (Red de escritores Potosinos). De mayo a Julio, seis microcuentos son seleccionados para su publicación en la Revista española Historias Pulp "Paradojas" y “Onomatopeyas”. En junio publica su primer libro de cuentos “Seres sin Sombra”. En Julio, junto a la Editorial Soy livre publica la antología de cuentos de terror “Macabro Festín” y es invitada en el I Encuentro Internacional de Microficción de la Feria del Libro en Santa Cruz y en agosto a la Feria Internacional del Libro en La Paz.

 

 

 

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