Viaje Astral
Contemplé mi cuerpo. Yacía tumbado boca
arriba en la cama, con los ojos cerrados, mi cabello despeinado y envuelta
entre mis sábanas blancas. Ahí estaba yo, flotando sin saber cómo, pues me
encontraba durmiendo. Pensé que era un suceso imposible; sin embargo, seguía
ahí, flotando. Me asusté al no saber lo que me pasaba y me repetí a mí misma
que era un sueño, solo un sueño.
Pasé toda la noche flotando sobre mi
cuerpo, casi llegando al techo. Las horas siguieron su curso y cuando los
pajarillos comenzaron a cantar, en el cielo las nubes se mezclaban con los
primeros rayos del sol. Un grito desgarrador retumbó en mi habitación, la
puerta de abrió de pronto y todo se tornó lúgubre. Mi novio al verme, corrió
hacia mí, me tocó, lloró y con desesperación me abrazó. Al instante ingresaron
paramédicos y certificaron la hora de mi muerte. Escuché que fue por asfixia,
ciertamente no recordaba nada.
“Dejó abierta la llave del gas”, decían
entre ellos y llenaban de preguntas a mi pareja, quien con lágrimas en los ojos
y voz entrecortada exclamó:
—Nunca creí que fuera capaz de suicidarse.
Mientras yo seguía ahí, flotando.
El amor de mamá
Cuando llega la noche el miedo
se apodera de mi corazón y late a mil por hora. Mi habitación luce más grande,
las sombras que se forman en las paredes por las luces de la calle se ven
horripilantes, al mínimo sonido me envuelvo entre mis frazadas y rezo para que
no vengan a comerme esas asquerosas criaturas; sin embargo, cuando el miedo me
invade, mi cuerpo se paraliza por completo y cuando logro gritar, lo hago muy
muy fuerte para que mamá venga a verme y con sus besos alivie todos mis males.
Los malignos monstruos le temen a mami y huyen al escuchar su voz diciendo:
—Fuera de aquí hediondos humanos, aléjense
de mi bebé. ¡Jamás se lo comerán!
Al terminar de decir eso ella gruñe muy
fuerte, les enseña sus filosos dientes y me cuida. Así puedo dormir en paz.
El mejor regalo de
mi vida
Hace una semana fue mi cumpleaños número
ocho y no hubo fiesta, pero si recibí un muñeco de regalo hecho por mi mamá.
Ella se esforzó en bordar su linda sonrisa y escogió unos hermosos botones
color café para sus ojos. Es pequeño, suave y esponjoso por su relleno de
algodón. Ahora tengo con quién jugar y ya no me siento sola.
Mi mami me hizo muy feliz,
aunque por momentos me preocupa que mi vecina siga buscando a su bebé.
Camino equivocado
—¡Un conejo blanco! ¡Un conejo blanco!
—gritaba mi pequeña Helen mientras corría mezclándose entre la espesura de los
árboles y yo la seguía de cerca observando cada uno de sus pasos, pues tenía
miedo de que se perdiera en el camino. El viento soplaba con fuerza anunciado
la llegada de la lluvia y un susurro lejano, como una voz
pronunciando el nombre de mi hija, me distrajo. De pronto, un agujero
negro se abrió en el piso y un terrorífico conejo la jaló del brazo.
—Mi pequeña Alicia por fin te encontré —le
dijo la monstruosa criatura.
Mi corazón se detuvo, quedé atónita ante
tal suceso y por más que corrí no pude alcanzarla.
— ¡Se la llevó! ¡Se la llevó! —grité
desconsolada en medio de la calle. La noticia no tardó en salir en los diarios
con escandalosos encabezados.
"El conejo ataca de nuevo, asesino
disfrazado secuestró nueva víctima. Madre en shock, no sabe lo que dice".
Días grises
Mi habitación tiene una ventana enorme que
da hacia la calle, junto a ella tengo una silla de madera con un cojín rojo
confortable dónde suelo sentarme de manera sistemática todos los días cuando mi
reloj marca las cinco de la tarde. Desde ahí puedo ver a los traviesos
chiquillos jugando a la pelota, a las palomas surcando el cielo y a los
cachorros olisqueando el pavimento. El mundo ha ido cambiando, las calles ahora
son más amplias y hay más personas transitando de manera veloz. Veo más
iluminación, más carros y los sonidos estridentes perturban mi paz. Me
desespero y cojo la escopeta, los pensamientos oscuros vuelven a mi mente y una
vez más,
como una película, vuelvo a revivir aquel fatídico día:
El reloj, la silla, la ventana, el disparo en la cabeza.
La Maldición
En una subasta en Nueva York, adquirí una
obra maestra. Una pintura extraña e inusual. Su marco de roble estaba tallado
con delicadeza, sus finos detalles en pan de oro eran parte de su encanto. Un
sutil olor a añejo emanaba de él y también podían vislumbrarse algunas manchas
de moho. Se encontraba en buen estado, la tela no tenía ninguna rasgadura y el
hombre apuesto, pintado en ella, parecía recién hecho. No tenía idea
de quién era, pero su endiablada mirada me atrapó desde el primer instante en
que lo vi. Sentí una fuerte conexión, una mística atracción, como si la pintura
tuviese alma. Su mirada penetraba mis sentidos, sus delicados y sensuales
labios parecían querer hablarme, su níveo y fino rostro poseía una
extraordinaria belleza que llegó a inquietarme. Durante muchas noches tuve
sueños extraños, despertaba en la madrugada sudando con la respiración agitada
y él siempre estaba ahí, mirándome. Mi salud se fue deteriorando día con día,
mis pasos se aletargaron y mi piel se fue arrugando. Ningún médico le dio un
diagnóstico certero a mi terrible padecimiento. No obstante, ese hombre se veía
fresco, desbordando la juventud que me fue arrebatada.
Peter y la muñeca
—¿Te gustan las muñecas? -Me preguntó Peter
mientras me tomaba entre sus brazos y caminaba hacia su hogar.
Quise contestar a su pregunta, pero no
pude, solo dejé que él me llevara. Llegando a su casa me dio un buen baño, me
colocó un hermoso vestido color rosa, me trenzó el cabello con delicadeza y
maquilló mi rostro para disimular mi palidez. Con ternura me posó en la cama
mientras acariciaba mis mejillas y me acercó un espejo para poder observar mi
reflejo.
— ¡Quedaste hermosa mi pequeña Lili! ¡Mi
preciosa muñeca! —me dijo y se recostó a mi lado.
A la mañana siguiente me colocó en un
armario junto a otras muñecas, él se fue al cementerio para cumplir su labor de
sepulturero y yo me quedé en casa junto a mis nuevas amigas.
LA AUTORA
Kristina Ramos:
Huancayo (1987) Escritora de literatura de terror y ciencia ficción.
Fundadora de la Editorial Aeternum. Fue escritora
invitada para la edición N.º 9 de la revista digital Letras y Demonios México
(2020). Ha publicado en los libros “El día que regresamos” y “Dismórfica
- Letras descarnadas” Pandemónium Editorial (2020). Su más reciente entrevista
y audiorelato del cuento “Abrigo Rojo” fue publicado en el Podcast Narraciones
de un Burro y más que se puede encontrar en Spotify, iVoox, Spreaker y Apple
podcast (2020). Ha dictado charlas sobre literatura de terror para el Liceo San
Antonio de Colombia (2020). También ha publicado en diversas revistas digitales
extranjeras. Actualmente se encuentra
trabajando en un libro de cuentos.
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