CORRER POR EL
AVISO
Leímos el aviso
y salimos corriendo. Cada cual pilló al voleo lo que tenía a mano y salimos
para la calle. Cuando llegamos al descampado nos la encontramos. Estaba ahí
redonda, gigante, inmensa, azul y callada. No se veía nada por los alrededores.
Nos fuimos juntando a prudente distancia y cada cual comenzó con sus
exclamaciones y comentarios. Algunos decían de acercarse, otros de tirarle
piedritas a distancia, otros de hablar por altavoces, otros agarrar un
avioncito del aéreo club y mirarla desde arriba, otros de remolcarla hasta la
plaza para estudiarla. Se nos fue la tarde completa en disquisiciones y al
final nos regresamos cuando ya era noche cerrada. Y allí quedó en el campo,
redonda, gigante, inmensa, azul y callada.
ALMUERZO
Me da miedo el
puré de papa. Tan blanco, tan acicalado, tan personal como nalga de bebé bien
empolvada. Me provoca estupor de infancia y me da temor que en cualquier
momento se le ocurra una sublevación o revolución indoamericana y se
desbarranque del plato y sea un zafarrancho el mantel y toda la mesa.
Prefiero un vaso
con agua y que todo el resto sea imaginación culinaria.
PRÁCTICAS
PRIVADAS
Usted se detiene
en sí mismo. Se libera por unos instantes y comienza un trayecto que va desde
el cerebro reptil a los extremos subcutáneos de sus pies (no digamos hasta la
punta de sus uñas porque eso está muy trillado y esto es otra cosa). Va
encontrando sorpresas. Algunas le agradan, otras no. Hay momentos adiposos y
otros laxos. Algunos hallazgos emocionan por su estado de conservación. Otros
acongojan pero, son disimulables. Después de un tiempo prudencial de recorrido,
junta todo y vuelve a colocarlo en el envoltorio original. Limpia los enseres
del desayuno y, como buen hombre que es, se marcha a su trabajo.
SIMPOSIO DE
SONIDOS
Armamos un
simposio de sonidos. Los gritos de mamá, los rezongos de mi hermana, el gruñido
de mi padre, la flatulencia de mi tío, los eructos del padrino y los ronquidos
de la abuela. Agregamos, para darle un poco más de majestuosidad y de intriga,
el chirrido de las puertas y el ahogo de las canillas. Toda la casa y la
familia acompañaron de manera académica. Después entregamos certificados de
asistencia y distribuimos menciones al mérito. Mi responsabilidad de ceremonial
y protocolo estuvo lucidísima.
SIESTA EN EL
SÓTANO
Siesta tórrida
de Enero. Todos dormían. Abrumados de tedio y calor nos encerramos en el
sótano. Ante un mapa desplegado fuimos señalando las zonas que considerábamos
que estarían frescas. Nos gustaban las cordilleras y elegimos la de Los Andes
para ir recorriendo sus picos. Deslizamos el dedo marcando y nombrando las
alturas más notorias. Nos reíamos con algunas confusiones. Cansados ya de tanto
transitar por geografías americanas, nos sentamos en el piso y chupándonos los
dedos, nos comimos las nieves eternas que habíamos recogido con las manos.
ANTEOJOS CON
ANTÍLOPE
Un antílope me
mira a través de los anteojos. Me saluda con determinada confianza y se diría,
incluso, que lo hace con satisfacción. Le respondo circunspectamente porque no
quiero ser descortés e intento disimular la desconfianza que me está
produciendo este encuentro. La descortesía siempre me pareció una expresión de
incivilidad. Mañana visitaré mi óptico porque me está pareciendo que los cristales
de estos anteojos están desvariando.
EN EL LABORATORIO
Me fui con el
primer orín de la mañana y cuando llegamos, él se negó. Se plantó en no y no
quiso pasar. Berreó un rato, se hinchó, le dio la pataleta y se tiró sobre el
piso. Un orín así de exaltado no es lo más apropiado en esos momentos y
entonces, sólo a mí me destaparon y me metieron esa especie de sondita.
RICARDO ALBERTO
BUGARÍN
(General Alvear,
Mendoza, Argentina, 1962)
Escritor,
investigador, promotor cultural.
Publicó “Bagaje”
(poesía, 1981) y cuatro títulos en el género microficción: “Bonsai en compota” (Macedonia,
Buenos Aires, 2014), “Inés se turba sola” (Macedonia, Buenos Aires,2015), “Benignas
Insanías” (Sherezade, Santiago de Chile, 2016) y “Ficcionario” (La tinta del
silencio, México, 2017).
Textos de su
autoría han sido incluidos en antologías argentinas e internacionales.
Diversas
publicaciones periódicas y revistas especializadas han publicado trabajos suyos
como es el caso de Suplemento Literario de Diario “La Prensa” de Buenos Aires,
la revista “Letras de Buenos Aires” dirigida por Victoria Pueyrredón y
Suplemento Cultural de Diario “Los Andes” de Mendoza, entre otras ediciones
argentinas. También ha sido publicado en Ecuador, España, Italia, USA,
Venezuela, México, Chile, Perú, Costa Rica, Colombia, Bolivia, Puerto Rico y
Uruguay. Textos de su libro “Bonsai en compota” han sido traducidos al francés
y publicados por la Universidad de Poitiers (Francia).
Integra las ediciones “Borrando Fronteras-Antología Trinacional de
Microficción Argentina, Chile y Perú”; “¡Basta! Cien hombres contra la
violencia de género” (edición argentina); “Antología Iberoamericana de
Microcuento” (Santa Cruz de la Sierra, Bolivia); “Vamos al circo. Minifición
Hispanoamericana” de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP,
México) y “Cortocircuito. Fusiones en la Minificción” (BUAP, México); las
reediciones de “¡Basta! Cien hombres contra la violencia de género” realizadas
por el Gobierno de Mendoza (2018) y “La mirada del cóndor”, Microficciones
mendocinas (2018); “Hokusai. Antología de Microrrelatos” (Santiago de Chile,
2018), “Brevísimos. Antología de microcuentos” (Mendoza, 2019) y “Los
pescadores de perlas. Antología de microrrelatos de Quimera” (Barcelona, 2019
1 comentario:
"En el laboratorio", es magistral, al igual que el resto de su obra.
Excelente entrega. Felicidades, maestro Ricardo Bugarín.
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