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sábado, 7 de mayo de 2022

(136) Caro Fernández

 


 

HUMANIDAD

Cuarenta semanas de gestación. Falsas alarmas con idas y vueltas a la clínica. Dieciséis horas de trabajo de parto, no se comparan con la velocidad de la cesárea. Ahora nacemos unos días antes, en los minutos que tarda la intervención quirúrgica. Ganamos tiempo, como con el microondas que cocina mediante la aceleración de moléculas. Esto nos demuestra que la humanidad se agiliza, que los segundos se aprovechan y que, tal vez, estamos faltitos de horno.


LA AZOTEA

Se detuvo para recogerse el cabello y recuperar fuerzas. Impulsó el cuerpo hacia los últimos escalones, segura de que cada vez se volvía más pesado. No tanto por el desgaste de cargar el peso escaleras arriba, acaso por el pánico que crecía a medida que avanzaba. Llegó a la azotea como pudo, le ardía la espalda. Se movía lento, con el ritmo de quien quiere demorar las cosas. Llevó al hombre hasta el borde del edificio. Se detuvo y en un gesto mecánico arqueó el espinazo para aliviar el dolor, estaba familiarizada con soportar la carga de ese cuerpo tan ajeno y tan cercano a ella. Por última vez lo acarició como pidiéndose perdón. Cerró los ojos y, con las manos apretando su pecho, se arrojó al vacío.

 

TENTACIÓN

Antes de la existencia del mundo que conocemos, las almas convivían en un universo ideal. La única condición para permanecer allí era mantenerse alejado de los horrores del manantial prohibido. Tentadas y desobedientes, las almas se sumergieron en las aguas negadas desatando el caos. Fueron expulsadas y condenadas a reencarnar en seres menos evolucionados, confinados a un paraíso natural. La única condición para permanecer allí era no comer las manzanas del árbol que crecía en el jardín del Edén. Pero la historia se repitió. Consternado, el Creador decidió cambiar de estrategia y ocultó la maliciosa entidad poniéndola fuera del alcance de todos. Lo enterró en las profundidades y la llamó petróleo.


EL ORIGEN

El pequeño deja de nadar al descubrir un cuerpo con las piernas abiertas. Entre el miedo y la intriga gira para verle el rostro y con horror reconoce a su madre. Intenta alejarse desesperadamente pero ya es tarde, su cabeza ha coronado y la partera lo sostiene con firmeza.

 

APETITO

Tras meses de sequía y escasez en el monte, hombre y puma se encontraron frente a frente. Ambos coincidían en igual deseo: comer carne, y, en la lucha por sobrevivir, alimentarse no les dejaba opción. Era matar o morir de inanición. Intercambiaron miradas comprensivas y se abalanzaron el uno sobre el otro, sabiendo que sería vencedor quien tuviese más hambre.


NO TODO LO QUE BRILLA

Inspirado en su personaje favorito, Edgardo se hace el mismo corte de pelo que el protagonista, imita sus gestos y reproduce la seductora sonrisa que supo conquistar a tantas mujeres durante ocho temporadas. Sale a encarar la noche, pero, con gran frustración, descubre que su pelo se ve ridículo, la sonrisa se nota falsa y sus conversaciones resultan repetitivas. Entonces, Edgardo comprende que no es fácil ser una persona fuera de serie.

 

QUÉ DIRÁN

En aquella época era muy importante mantener las apariencias frente al médico. Así, mi madre se esforzaba por llevarnos impolutos al consultorio. Nada de ir sucios, despeinados o enfermos. No señor, mi madre jamás permitió una cosa semejante.

LA AUTORA

Caro Fernández, Mendoza, Argentina. Formó parte de la edición argentina de “¡Basta! Cien mujeres contra la violencia de género”, de “Brevedades, Antología argentina de cuentos re-breves” (Manoescrita, 2013), de “El mundo de Papel, Antología argentina de microrrelato infantil” (Universidad de Tucumán, 2013), de “Cien páginas de amor” (Desde la gente, 2015), de “69. Antología de microrrelatos eróticos” (Perú 2016), de “Vamos al circo. Minificción hispanoamericana” (Fomento Editorial BUAP, México 2016). Publicó los libros cooperativos “Con la Literatura no se juega” (Macedonia, 2012) y “Beber para contarla” (Macedonia 2015). Escribió junto a Leo a Mercado “Hacer el cuento, microcrónicas” (Macedonia, 2012) y “Volver a hacer el cuento” (Scherezade, 2015). En 2015 publicó “Oíd el ruido de rotas metáforas” (Macedonia,2016). Traducida al francés bajo el proyecto Lectures dáilleurs, al inglés por el grupo Minifiction y al alemán por Esther Andradi para la revista “Ila”. Coordinó el “Festival de Brevedades” en la Feria del libro de Mendoza durante cinco años. Codirigió el Colectivo Triple C (Cofradía del Cuento Corto). Actualmente es miembro fundadora de la REM ( Red de Escritoras Microficcionistas

 

 

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