A propósito de su libro Qué buen disfraz de leona (2019)
El refugio
Nadie osa destazar
árboles allí: el Lobo Feroz los protege. Roja hace a un lado su caperuza de
guerra y depone las armas. Con suavidad, como quien pisa un lugar sagrado, colándose bajo la sombra
del caldenal, se acerca al Lobo y lo besa en los labios.
Ahora, el Lobo y
Roja efectúan juntos las rondas de vigilancia.
Silfos, ondinas, salamandras y gnomos
aúnan hechizos para que se multipliquen en crías saludables. Quizás así,
susurran en su melodioso idioma, se salve de la depredación humana la última
arboleda que resta sobre la Tierra
Otra
bestia predecible
El
ocekaral es tuyo porque surgió de tu mente. Sin embargo, no se trata de un
fantasma: la criatura es real. Y ese atractivo felino con el que te seduce, una
trampa. Cierta noche, una noche que su zarpa ya fijó con una muesca de sangre
en el calendario; el departamento en el que transcurren tus días, será jungla.
Él abrazará tu cintura con su cola y saltará elevándote entre las ramas
olorosas a flores tropicales. Su corazón latirá en tus labios y en tu gozo
creerás, por una vez en la vida, contemplar el mundo desde su punto más alto.
Pero
el mundo se nublará para tus ojos y… no llores. Deberías considerarte
bendecida, otros padecen una muerte violenta sin haber disfrutado antes.
Proclama
Atendiendo la
advertencia del Colegio de Infectólogos, esta Asamblea Popular, voto compartido
mediante, decide que sus miembros se abstendrán de alimentarse con:—Animales que
pueblan los tratados de mitología; sin importar
las preguntas capciosas con las que nos engañan, la desproporción de
fuerza a su favor de la que suelen servirse para sojuzgarnos, o los cantos
melifluos con los que atraen nuestra ruina. Sin importar que ellos se alimenten
de nosotros.—Animales que
medran como funcionarios del gobierno; sin importar las preguntas capciosas con las que nos
engañan, la desproporción de fuerza a su favor de la que suelen servirse para
sojuzgarnos, o los cantos melifluos con los que atraen nuestra ruina. Sin
importar que ellos se alimenten de nosotros.
Cerdo
Era una
mujer. La vi venir desde lejos, bajaba la cuesta a tropezones. Se caía, se
volvía a levantar. Intentó volverse un par de veces, trepar la sierra. No pudo.
Continuó desbarrancándose. Hasta que se
topó con el chiquero. Entró temblando —de cansancio — supuse. Y se acostó entre nosotros, en el barro.
Sus piernas,
sus brazos, estaban cubiertos de moretones; el pelo en desorden; la blusa y la
falda, rotas.
—Viene
cayendo desde hace mucho —pensé.
Durmió
varias horas.
Cuando
reaccionó caminó hasta el comedero.
Una chancha
llorando no conmueve a nadie. Es patético. Grotesco. Ella debe saberlo, porque
da vuelta la cara, esconde las lágrimas.
Ahora está
en mi manada. Tarde o temprano tendrá que entrar en celo. Si todavía llora,
será su problema.
Añicos
Anoche vi
que una estrella se desplomó sobre el campanario de la iglesia; destrozándose,
destrozándolo. Las ratas, famélicas como siempre, aprovecharon para engullir
polvo estelar hasta hartarse, los restos de las campanas y todos los escombros.
No más
engaños, ahora conozco dónde van a parar la fe y las estrellas.
Interpretación
Me culpa por su ceguera y quiere matarme. Descubrí el resentimiento y las intenciones que ocultaba ese ojo inútil
porque el otro, que está sano, me permitió observarlo frente al espejo.
Cierre
de temporada
La
maté porque era mujer, y le recuerdo que
incluso los niños practicaban tiro con ellas porque se consideraban
plaga. Sí, sí leí en el diario que cambió la ley. Pero igual quiero que anote:
pago la multa bajo protesta. No me creo eso de que ahora, de repente, resulta
que escasean.
Patricia Nasello
(1959, Argentina). Publicó los libros de microrrelatos Una mujer vuelta al revés (2017, Macedonia), Nosotros somos eternos (2016, Macedonia) y El manuscrito (2001, edición de autor).Maestrante en la Universidad de Salamanca: Maestría en Escritura Creativa.Participó en antologías, periódicos y revistas culturales (soporte papel) en Argentina, México, España, Perú, Rumania, Venezuela y Bolivia.
Trabajos suyos han sido traducidos al francés, italiano, rumano e inglés.Coordina Talleres de Creación Literaria.Desde el año 2014 administra Piedra y nido, antología digital de minificción (más de doscientos cincuenta escritores publicados de veinticuatro países). http://piedraynido.blogspot.comMiembro, junto a Sergio Astorga (México/ Portugal), del comité editorial de Brevilla, revista digital de minificción. Dirige, Lilian Elphick (Chile).Contadora Pública por la Universidad Nacional de Córdoba.Bitácora personal: http://patricianaselloescritora.blogspot.com.ar/
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