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viernes, 27 de septiembre de 2019

42)PAOLA TENA

42)PAOLA TENA


ROMA

 Para Elsa Lopez

  Ningún camino lleva a Roma. Pero los viajeros siguen volviendo de ahí. Los santos varones cuentan los puñados de almas que han logrado cristianizar. Los comerciantes retornan cargados de mercancía fantástica, extraña. Y hasta un hombre regresó ataviado con una toga púrpura predicando las bondades de algo que se llama república. Todos lo saben, Roma no existe, pero nadie se atreve a decirlo en voz alta, y los viajeros siguen volviendo de esa Roma imaginaria, manteniendo vivo el mito por pura nostalgia.



VIAJE

Suba caballero, el taxi está libre. Qué tal la noche, algo fresca,¿verdad? No se moleste en darme la direccion, yo sé a dónde va. Calle Aqueronte esquina con Estigia, ¿es así? Ahí van todos, no es que lo adivine. Por eso el tráfico, pero llegaremos en un instante, no se inquiete; trabajo en esto desde hace siglos. El viaje le costará una moneda de oro. No es caro si consideramos el servicio, la ruta. No me diga su nombre, no es necesario.Pero yo le diré el mío. Caronte, para servir a usted.


EnredaDos

Algunos fallos en la red telefónica son causados por llamadas de despecho debido a que la furia y las recriminaciones se enredan fácilmente entre los cables. Cuando esto pasa, el emisor finge no haber enviado un mensaje y el receptor actúa como si no hubiera nada que recibir; sin embargo, el aire se satura peligrosamente por la estática generada en la pareja. Es necesario, entonces, esperar hasta que un tercero, llamémosle “técnico de comunicaciones”, acuda a arreglar el desperfecto. Lo que sea que esto signifique.


DÍA DE LOCOS

Hay un día al año en que se permite que todos los locos del mundo salgan a recorrer las calles. Es un día extraño; más que nada para ellos, que no saben cómo comportarse encerrados como habían estado, y entonces gritan, ululan, se ríen convulsivamente, le preguntan al aire dónde están o intentan hablar con los transeúntes, sin ningún éxito. Los cuerdos hacen como que no los ven mientras caminan más deprisa. Y es que todos temen ese día, cuerdos y locos por igual, porque cuando las puertas de la locura vuelven a cerrarse siempre termina dentro alguien que no sabía que estaba loco, y también se queda por fuera algún demente, fingiéndose cuerdo en este mundo sin ninguna dificultad.


CARLITA FANTASMA

Pedrito está triste, muy triste. Llora cuando cree que nadie lo ve, ya no quiere jugar a los carritos, ni se toma la sopa de letras que antes le encantaba. Cuando le preguntan qué le pasa les dice que nada, no le pasa nada, con los ojitos bajos y la mirada perdida. Lo que los grandes no saben es que se ha quedado solo porque su mejor amiga, su hermana Carlita, se ha ido para no volver jamás. Juntos eran el duo perfecto, invencible: los espías exploradores, los saqueadores de buques, los salvadores del mundo. Hasta aquel fatídico día en que Carlita se escondió detrás del sillón de su madre tapándose los ojos con las manos y preparada para contar hasta diez, y se enteró sin querer de que se había muerto nada más nacer, hacía ocho años. Entonces Carlita fantasma se volvió de aire, de pura sorpresa. Por eso ahora Pedrito, cuando los grandes quieren saber por qué está triste, solo pregunta a su vez: “y yo, ¿cuándo me voy a convertir en fantasma?”


SIETE DÍAS

Dios, que ha vivido eternamente, es viejo y olvida con facilidad. Cuando despierta el primer día, abre los ojos y se hace la luz. El segundo, vuelven a su mente las imágenes de los mares y los cielos. Al tercer día, recuerda el tronco torcido del eucalipto, el rocío sobre la hierba, la suavidad de los pétalos. En el cuarto contempla la luna, y sonríe. Durante el quinto día evoca el cuerpo esquivo y blando de los peces, el color de las aves, su vuelo errático. El sexto, rememora a un par de criaturas en todo semejantes a Él, que lo miran como si lo conocieran y le llaman padre. Pero el esfuerzo lo agota, y exhausto se echa a dormir un día entero, para olvidarlo todo. Y despierta al otro día como si fuera el primero, abre los ojos y se hace la Luz.


FANTASMA ENCARNADO

No podía verla el frutero cuando le pesaba la bolsa de cebollas y al mismo tiempo charlaba con la rubia, estirando la mano aún sin mirarla para recibir el billete y dar el cambio. Era un fantasma. Imposible que la notaran los vecinos, si estaba hecha de aire. Solo la veían los niños y los perros. Unos aullaban y otros sonreían. Era incapaz de verla el conductor del autobús aunque quisiera, mientras validaba el ticket entre la masa de gente que subía y bajaba, ni resentía nadie sus codos clavándose en las costillas para abrirse paso, porque un codo es igual a cualquier otro y da lo mismo a quién le pertenezca. Un día el fantasma se hartó y decidió encarnarse. Se tendió en medio de su cocina y esperó a que la encontraran. Pero no pasaba nada. El sol iba y venía sin descanso mientras el fantasma materializado de aquella que fue miraba al techo. Cuatro años vivió su muerte sobre las baldosas, hasta que un vecino fisgón abrió el marco de su ventana con el palo de una escoba y vio, ahora sí y al borde del colapso por el espanto, la punta de sus fantasmales pies de anciana, calzados con zapatos negros apuntando hacia arriba sobre el piso de la cocina.




LA AUTORA


PAOLA TENA


(México, 1980). Pediatra de profesión y escritora por afición, ha sido ponente en sesiones dedicadas a la animación a la lectura y divulgación del género minificcional. Imparte talleres de Escritura Creativa y elaboración de fanzines. Ha publicado algunos de sus microcuentos en antologías del género (Señales mínimas, Madrid, 2012; Erase una vez… un microcuento, Madrid, 2013; Saborea la locura, Barcelona, 2013; Vamos al circo, Cd. de México, 2017 y Las musas perpetúan lo efímero, Lima, 2017; Cortocircuito, Puebla, 2018; Resonancias, Puebla, 2018), además de contar con varias publicaciones en fanzines, digitales y participar de manera activa en las redes sociales www.facebook.com/microficciones. “Las pequeñas cosas” (Ediciones La Palma, 2017), es su primer libro.


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