(28) Microcuentistas de Perú
VISITANTE NOCTURNO
Alberto Benza Gonzalez
—Hija,
no le tengas miedo al monstruo. Tienes que fijarte si está en el ropero, debajo
de la cama, en el baño o al filo de la ventana. Pero nunca mires hacia arriba:
no soporta sentirse observado.
Alberto
Benza González
—Hija, no le tengas miedo al monstruo.
Tienes que fijarte si está en el ropero, debajo de la cama, en el baño o al
filo de la ventana. Pero nunca mires hacia arriba: no soporta sentirse
observado.EL CUADRO INCONCLUSO
EL CUADRO INCONCLCarolina Cisneros Pinedo
Ella vivía dentro de un cuadro. Observaba, a través de la ventana de una casa muy iluminada, el río. Era de noche. El paisaje se veía espectacular con la luna en cuarto creciente. Solo faltaban las estrellas. Un día, el pintor, en un ataque de furia, decidió salpicar la casa de negro. Ella quedó atrapada en la oscuridad.
LA HORMIGUITA
Mario Guevara Paredes
Desde hace tiempo una hormiguita me visita. Aparece en las noches en mi apartamento, y sin incomodarse se introduce en la cama. A veces hacemos el amor, otras sólo nos acariciamos tiernamente. Anoche, después de acostarnos, soñé que nos encontrábamos a orillas de un inmenso mar, revolcándonos en la arena bajo el ardiente sol del verano. Al despertar, quedé atónito, mi despistada y amorosa hormiguita yacía aplastada en la alfombra de la habitación.
BIO DATA ESENCIAL
Ana María Intili
Desde niño me llaman el cojo de Le Panto, simplemente porque me falta una pierna. No puede negarse que es un nombre histórico y distinguido para todo niño que se precie. Cuando fui al colegio me sentí importante. Me llamaban el Sin Cabeza, pues también nací sin ella. Lo que me molestó fue cuando mis compañeros de secundaria me apodaron el De Capitado. ¡¡Tamaña insolencia!! Me privaré de la Universidad para no exponerme. De lo que no me privaré es de postular a la Asamblea General. Allí me veré normal.
CINCO
CORTOS DE MINIFICCIÓN EN TWITTER
RONNY VASQUEZ GUEVARA
La enfermera olvidó aquel bisturí en el vientre de su paciente. Por ello, siente que el bisturí la persigue todas las noches.*** -Yo no fui- replicó Adán. Entonces, Dios guardó silencio y sentenció. No quería ser cómplice del primer divorcio de la Humanidad.*** En estos días de movimientos telúricos en el mundo, me pregunto: ¿Acaso están de fiesta en el infierno?*** Aquella botella que encontré guardaba un mensaje: “En este mundo los dinosaurios siguen vivos”. Entonces, escribí un microrrelato.*** Tomó su reloj y retrocedió el tiempo para modificar algunas cosas. Ahora es una exuberante dama.
TRUCULENCIAS DE LA VIDA
Diego Martín Eguiguren
Iba camino al supermercado,
debía comprar cerveza para una inmediata reunión de camaradería. Ya en las
inmediaciones, y avanzando a paso veloz, observé que un vehículo rojo frenaba
extemporáneamente a varios metros de mí. Les cuento, por un momento me sentí
como en una novela de Raymond Chandler. Descendieron dos mujeres: una de
alrededor de 50 años; la otra, una joven que, por su ubicación y por obra de mi
pésima vista, sólo alcancé a divisar de perfil y con premura. Imaginé, de forma
obvia y poco trascendente, que eran madre e hija. No era momento, pues, para
ser Philip Marlowe.
Continué mi camino como lo
haría cualquier transeúnte a quien no le ocurre nada extraordinario. Ingresé al
lugar, encontré los elementos, me harté de impulsar el cochecito y me dispuse a
pagar. No tardé más de lo previsto, la puntualidad seguiría siendo una de mis
mayores virtudes. Mientras el caballero de la caja me auxiliaba con las bolsas
advertí, a pocos pasos, a la señora del auto rojo separando algunos billetes y
retornándome la mirada con gesto cordial.
Nada de esto era fuera de lo
común, nada hasta que noté la figura de quien era su acompañante. Quedé
perplejo: era mi exnovia. Apareció de la nada, distraída, sin mirarme;
sonriente, como si la tarde tuviera sentido, como si su ser fuera todo lo
contrario a lo que soy yo, como si dentro de la bolsa que llevaba en la mano
contuviera toda una historia feliz. La vi, después de tiempo, sin que ella
notara mi presencia (al menos eso parecía). La vi, y cualquiera diría que no
había cambiado, sin embargo, y por truculencias de la vida, yo tenía la misma
seguridad de siempre: ella ya no era ella.
Me marché…
Colección
privada, 2012
ESPECTÁCULO EN LA 201
Ricardo Sumalavia
Según sabemos, antes de que esta mujer recibiera a sus clientes en la habitación 201, ella trabajaba en un circo miserable. Dicen que ni siquiera tuvo que abandonarlo, sino que este, que ya se disolvía en el camino, simplemente no volvió a levantar carpa y despidió a todos, incluido a los animales famélicos que aún sobrevivían por terquedad. El destino dela mujer fue el más natural, al menos para este pueblo, que siempre ha andado escaso deputas -y otras cosas más que a los hombres de aquí nos ha dejado un aire melancólico-.Su presencia no alteró demasiado nuestro ánimo, pero logró que en nuestra sonrisa se estampara una ligera brizna de complacencia. Y, para qué negarlo, llegamos a apreciar su sorpresiva habilidad para que, sobre la cama, solo apareciera su torso, mientras que las piernas nos observaran -porque eso parecía o creíamos- desde una cómoda. Claro, a veces también le pedíamos que invirtiera esas partes. Pero también ella me ha propuesto, no sé si a los demás, que intercambiásemos mitades. Le agradezco su iniciativa, pero siempre me niego. No quiero que se me borre esa sonrisa tristona que ahora nos identifica en este pueblo, y en la habitación 201.
LOS AUTORES
ALBERTO BENZA GONZALEZ
ALBERTO BENZA GONZÁLEZ(Lima, Perú, 1972). Periodista, escritor y director de la primera editorial en el Perú dedicada estrictamente a la Minificción: Micrópolis. Cursó estudios de Escritura Creativa en el Taller de Hiperbreves de la escritora argentina Clara Obligado (Madrid, España – 2011) y Microliteratura en la Escuela de Escritores de Madrid. Como coordinador de las Jornadas Peruanas de Minificción en la Feria Internacional del Libro de Lima organizó las nueve ediciones (2011, 2012, 2013, 2014, 2015, 2016, 2017, 2018 y 2019). Ha publicado cinco libros de microrrelatos: A la luz de la luna (2011), Señales de Humo (2012), Entre vivos y muertos (2015), Sarah Ellen (2016), Hojas de otoño (2017) y La muerte en primera fila (2018).
MARIO GUEVARA PAREDES
Nació en Cusco (Perú). Escritor, guionista y gestor cultural. Director de la revista andina de cultura “Sieteculebras”. Ha publicado El desaparecido (1988), Cazador de gringas & otros cuentos (1995), Matar al Negro / 33 cuentos breves (2003), Usted, nuestra amante italiana (2010), Cuentos cortos (2015) y Cuentos de selva alta (2016).
El desaparecido (1988), Cazador de gringas
& otros cuentos (1995), Matar al Negro / 33 cuentos breves (2003), Usted,
nuestra amante italiana (2010), Cuentos cortos
(2015) y Cuentos de selva alta (2016)
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