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viernes, 8 de marzo de 2024

175 ESTEFANI HUIZA FERNÁNDEZ

 



Seres de luz

Los abedules, no son plantas, son seres diminutos, quiebran en llanto cuando escuchan a la lluvia, sobre todo, cuando hay truenos. Estos pequeñísimos amigos transitan entre la vida y la muerte, son como entes que llevan información a ambos mundos. En las noches, cuando todos duermen, se transforman en esferas transparentes y transitan por calles, avenidas, parques y los espacios dedicados a la vil humanidad. No tienen ojos, están hechos de energía, pero se mueven con tal velocidad y proeza que nadie percibe ese mísero detalle. Su misión en esta vida es simple y sencilla, amar y dar consuelo, por eso se disfrazan de árboles.


Creadora

Ella había creado un mundo, uno en el que no exista pesar, ni dolor, ni nada que pudiera lastimarlo, uno para él. Lo llevó, de la mano, en sueños, en sus sueños y le mostró que entre los dos sí puede existir amor.


Tiempos de revolución

En tiempos de revolución, todas las letras decidieron unirse, se vistieron de rojo escarlata, para que su protesta sea escuchada, pero nadie le encontraba significado a la palabra que se formó, eran inteligibles para algunas personas, otras las habían interpretado según les convenía. Para los profesores decía educación, para los políticos, inflación, los abogados jurisdicción, los poetas leían elección, y así según. Aquel conflicto terminó con una junta de emergencia en la que se debatía la próxima medida de las letras, todas votaron por desaparecer del alfabeto y así el mundo calló para siempre.


Réquiem para  una despedida

Ella quería saber si estaba viva, recurría a la magia y a la brujería, pero estas nada le decían. Un día, el viento le susurró al oído que estaba muerta, no necesitó más señal. Esa tarde leyó los diarios, fue al cine, escuchó a Chopin y bailó bosa nova, cuando llegó la noche volvió a leer los periódicos, lo hizo una y otra vez, por fin entendió que ya no volvería. Y como una mendiga, se conformó con lo poco que sabía de sí misma, la vez que fue feliz en aquel café y ese abrazo que sabía tanto a una despedida.


Una respuesta

Mientras Fani escuchaba jaz, se hacía varias preguntas, sobre los misterios del mundo, las olas eternas del mar, el llanto de los recién nacidos, las esperanzas, las guerras, las injusticias, el dolor, la muerte, la vida. Ella tenía sólo una respuesta para todas ellas, nada importaba, lo amaba.


Un blues

Suena las cuerdas de una guitarra, se oye una melodía que nace desde las entrañas del que las toca. Entonces el saxofón grita y calla a todo el público, uno, dos, tres , pausa, uno, dos, tres y pausa... entra el bajo como interpelando al espectador... otra vez la guitarra que se pierde mientras la armónica anuncia el fin de aquel blues.


Zapatos grandes

Recuerdo tus zapatos grandes, también tus ojos que eran como dos estrellas y entre un centenar de esas luces que salen producto de la noche, sólo puedo recordar tus zapatos. Eran enormes, cada pie parecía medirse con el otro cuando caminabas encorvado, como quien se empeña en mirar al pasado. Y mientras el día avanza, sigo pensando en tus zapatos grandes, entonces imagino tus dedos largos oprimidos, tus callos, ampollas y digo, pobres pies atrapados en esos zapatos.


Biografía

Hola, mi nombre es Estéfani Huiza Fernández nací en la ciudad de La Paz, Bolivia el 6 de marzo de 1988, soy periodista y escribo como una forma de encontrar respuestas a las emociones humanas.